me complace escucharos reír, porque hay suficiente tristeza y oscuridad en este planeta.  Dejad que vuestros corazones exploten con alegría, que exploten con luz, que exploten con amor. Os debéis inundar y bañar de alegría. 

La alegría es compartir el amor, es dejar que el corazón vibre y que el cuerpo irradie amor, ligereza y libertad. Es importante que vuestro ego tome conciencia de que está experimentando sus últimos momentos de poder y que tendrá que ceder al poder del alma, de la luz y del amor.

Vuestro ego deberá ser tratado como si fuese un niño que se molesta y solo debéis dejar que el niño supere su ira. Una vez calmado podéis hablar con el. Por ello, observad con amor las últimas sacudidas de vuestro ego y procurad que no os quite la alegría de respirar y amar la vida en el planeta tierra.

Queridas almas, no os dejéis absorber por lo que estáis viviendo y viendo a vuestro alrededor, no os dejéis absorber por la tristeza, pues vosotros estáis transformando vuestro ego y el planeta tierra se encuentra haciendo este cambio de frecuencia y vibración igual que vosotros; cuanto más conscientes seáis, más alcanzaréis la estabilidad en vuestro camino de Luz.

No tengáis miedo de quitaros vuestra armadura. Todo se desintegrará a medida que se intensifique vuestra luz, cambiando vuestro miedo por amor,  dejando a un lado las preocupaciones, para que lo divino tome vuestras vidas y os volváis más y más indestructibles, firmes y confiando en vosotros mismos, en vuestra Luz, serenidad y en el orden divino.

Os alentamos a hacer todo lo posible para que os sumerjáis profundamente en las emociones de la alegría y satisfacción.